Últimamente escuchamos en los medios mucha información y
recomendaciones sobre el consumo de alimentos que contengan ácidos grasos
Omega-3 y Omega-6. De hecho, este es uno de los motivos por los que el consumo
de salmón y de nueces es tan beneficioso.
Es por esto, que me he animado a explicar qué son estos
ácidos, y cual debe ser nuestro objetivo a la hora consumirlos, de la manera
más sencilla y práctica posible. Dado que es un tema complicado, que hay muchos
intereses en la industria y mucha desinformación, voy a explicarlo a lo largo
de varios posts.
Así que lo primero, ¿qué son los ácidos grasos esenciales
Omega-3 y Omega-6? Tal y como explicamos en nuestro libro, hay tres tipos de
grasas, pues estos dos ácidos, junto con el ácido graso Omega-9 componen las
grasas poliinsaturadas y se les considera “esenciales” porque el cuerpo no
puede sintetizarlos por si solo, por lo que debemos aportárselo en las
cantidades necesarias a través de la alimentación. Además el cuerpo
necesita estos ácidos para aumentar el colesterol “bueno” (HDL) y reducir el
“malo” (LDL), hacer funcionar el sistema nervioso central y mantener la presión
arterial.
Ahora, sabiendo lo anterior, ¿cuál debe ser nuestro objetivo
a la hora de alimentarnos? Por supuesto que tomar las cantidades adecuadas de
los alimentos que nos aporten las cantidades diarias recomendadas de estos
ácidos. Pero además, debemos prestar atención a algo que nadie nos ha
contado: la cantidad de Omega-3 frente a la cantidad de Omega-6 que debe haber
en nuestro organismo. Esto se debe básicamente a que los ácidos grasos
Omega-6 aunque son necesarios para la salud, son inflamatorios (y esto no es
nada bueno, ya que la inflamación puede contribuir a la aparición de cánceres y
otras enfermedades), al contrario de los Omega-3 que son anti-inflamatorios.
Dado que no podemos prescindir de los primeros, ya que son indispensables para
el buen funcionamiento del organismo, la única manera de alimentarnos con ellos
sin sufrir sus efectos inflamatorios, es compensándolos con la cantidad
adecuada de ácidos grasos Omega-3. Los últimos estudios dicen que no debemos
pasar de una relación 4 a 1 de Omega-6 frente a Omega-3 (es decir, que como máximo,
podemos ingerir 4 veces más ácidos grasos Omega-6 que Omega-3), y que debemos
de intentar acercarnos a ingerir la misma cantidad de ambos ácidos grasos
esenciales.
En los próximos posts explicaré las cantidades necesarias de
estos ácidos, que alimentos los contienen y las implicaciones industriales y
económicas existentes detrás del consumo de estos nutrientes. De momento,
quedaros en la cabeza, con que sólo 60 gramos de almendras te aportan todo
el Omega-6 que necesitas y que más, puede ser perjudicial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario